La coeducación&: Dos sexos en un solo mundo

MÓDULO 2: NOMBRAR A AMBOS SEXOS

CONTAR CUENTOS CUENTA

Cuando contamos cuentos regalamos palabras y las palabras son alimento, tan importante como la comida o el sueño. Los cuentos forman también parte de una cultura y a través de ellos se transmiten unos valores más o menos explícitos. A través de sus historias ayudamos a niños y niñas a superar miedos, les decimos cuando deben confiar y cuando deben desconfiar, les ayudamos a que vean la vida con ilusión, les decimos que la creatividad y la imaginación son importantes para vivir. Pero, a veces pasa también que, a través de ellos, se potencian los mimbres de una cultura androcéntrica.

Una breve reflexión sobre sus personajes nos puede llevar a ver como las protagonistas de muchos cuentos clásicos (véase Blancanieves, Cenicienta, Caperucita, etc.) necesitan casi siempre de la mano de un personaje masculino que las ayude a solucionar sus problemas; en muchas ocasiones son personajes dulces, llenos de bondad, de una gran belleza física y delicadeza en sus modales; a veces son un poco desobedientes, y esto las lleva a realizar grandes descubrimientos, pero al final, casi siempre reciben un pequeño castigo o reprimenda y vuelven a ser “buenísimas”; el objetivo final de la gran mayoría de ellas suele ser la vida en pareja y por eso se las ve felices cuando encuentran a su “príncipe encantado”. De la misma forma, los personajes masculinos suelen ser arriesgados y belicosos, aunque presentados como “valientes”, independientes de las y los demás, tienen a cargo tareas descomunales como salvar un reino y casi siempre su gran estrategia pasa por la lucha contra “el mal”, que se presenta en forma de dragón, de ogro, de brujo, de enemigo o de cualquier otro tipo de personaje maligno. Suelen mostrarse como grandes héroes en busca de su amada, que representa una parte de su felicidad, pues la principal es su propia fama.

Investiga… Elige un cuento cualquiera y observa los siguientes apartados. Si quieres puedes intentar rellenar la ficha. ¿Qué conclusiones obtienes de tus observaciones?

Ficha

 

Para evitar caer en el androcentrismo de algunos cuentos sería interesante tener en cuenta algunas claves:

  1. No se trata de dejar de contar cuentos clásicos, pero conviene “airearlos”; es decir, de vez en cuando cambiar el final y decir, por ejemplo que “se casaron, pero no fueron felices y decidieron separarse”; o poner a las y los personajes en otro contexto, cambiando el castillo encantado por “un apartamento en una urbanización sin piscina”; o bien cambiar los papeles de manera que en alguna ocasión tanto el como la protagonista sepan pedir la ayuda de la pareja para poder vencer una situación. Se trata de abrir la posibilidad de contar los mismos cuentos de diferentes maneras; describir con otras palabras a los personajes, ofrecer diferentes posibilidades de ser feliz, etc.
  2. Itxaso Sasiain nos indica que en los cuentos tradicionales conviene distanciarse de la moraleja culpabilizante que a veces envuelven los actos de sus protagonistas femeninas y de esa manera encontrar formas libres de ser mujer; así encontraremos a “mujeres capaces de escuchar sus deseos propios y abandonarse  a ellos, como el gusto y el disfrute que experimenta Cenicienta en el baile más allá de la medianoche, y por otro, niñas valientes de caperuza roja, con un ávido espíritu de curiosidad y descubrimiento para alejarse del camino y pasear por el bosque, conociendo plantas, animales y olores hasta entonces desconocidos10 .
  3. Tratar de combinar los cuentos clásicos que conocen porque están en el ambiente, en la calle, en el colegio, etc, con otro tipo de cuentos donde haya personajes femeninos y masculinos que adoptan diferentes actitudes ante la vida, se plantean otros fines y emplean otras estrategias diferentes a las que nos ofrecen los cuentos clásicos.
  4. Actualmente la literatura infantil y juvenil es tan amplia que realmente no existe tanta dificultad como hace algunos años a la hora de encontrar cuentos con las más variadas características; se trata únicamente de elegir aquellos en los que observemos que los personajes masculinos y femeninos protagonistas estén cada vez más libres de estereotipos sexistas.

Ilustración del cuento Nuncajamás de Adela Turín y Leticia Gallí

Ilustración del cuento Nuncajamás de Adela Turín y Leticia Gallí
Editorial Lumen, 1990

Investiga… A modo de ejemplo, observa el texto siguiente. Es un fragmento que pertenece al cuento “Nuncajamás” de Adela Turín y Leticia Galli (Lumen, 1978).  Las protagonistas son Milena y Melusina. La primera es una princesa y la segunda una bruja:

“Érase una vez la princesita rubia y bellísima de siempre. Se llamaba Milena. Unos decían que sus cabellos parecían de oro y otros decían que sus cabellos parecían de miel.. La tía Iris, por ejemplo decía: “Qué guapa eres Milena-cabello-de-oro. Eres la más hermosa de todas...”
“Pero Milena tenía una amiga. Era la bruja Melusina, joven y bella como casi todas las brujas, pese a lo que digan las malas lenguas. Melusina había sido desterrada a un torreón del castillo porque sus conocimientos de astronomía, de medicina y de química, ponían furiosos a los doctores del reino, que no sabían nada de nada, pero pasaban por supersabios. Melusina vivía sola, con siete gatos de distintos colores y una lechuza dorada. Y Milena pasaba horas y horas viendo como Melusina preparaba filtros y pociones que curaban las enfermedades, y cómo cultivaba hierbas medicinales en el jardincillo de la torre”.

 

En ocasiones se ha interpretado que estar libre de estereotipos sexistas consiste en realizar un cambio de roles, en el sentido de invertirlos; y aunque esta es una técnica interesante para trabajar en las aulas, no por ello los cuentos dejan de ser sexistas; es decir, no se trata de que repentinamente los hombres sólo hagan labores en casa y cuiden bebés mientras que las mujeres se van temprano a trabajar en la construcción y vuelven a casa al anochecer. Se trataría más bien de ofrecer un modelo en que ambos, mujeres y hombres participaran de todas las esferas de la vida: trabajo, familia, ocio, vida social, etc. y donde mujeres y hombres tienen la posibilidad de decidir sobre su propia vida más allá de un destino prefijado. A modo de ejemplo  fíjate en los siguientes finales para el cuento de la Bella Durmiente (ejemplo tomado del manual Ni ogros ni princesas,  Editado por el Principado de Asturias, pág. 154):

Relato A: “(…) Cada vez más extrañado, se adentró en el castillo hasta llegar a la habitación donde dormía la princesa. Durante mucho rato contempló aquel rostro sereno, lleno de paz y belleza; sintió nacer en su corazón el amor que siempre había esperado en vano. Emocionado, se acercó a ella, tomó la mano de la muchacha y delicadamente la besó... Con aquel beso, de pronto la muchacha se desperezó y abrió los ojos, despertando del larguísimo sueño. Al ver frente a sí al príncipe, murmuró: ¡Por fin habéis llegado! En mis sueños acariciaba este momento tanto tiempo esperado". El encantamiento se había roto. La princesa se levantó y tendió su mano al príncipe. En aquel momento todo el castillo despertó. Todos se levantaron, mirándose sorprendidos y preguntándose qué era lo que había sucedido. Al darse cuenta, corrieron locos de alegría junto a la princesa, más hermosa y feliz que nunca. Al cabo de unos días, el castillo, hasta entonces inmerso en el silencio, se llenó de cantos, de música y de alegres risas con motivo de la boda”.

Relato B: (…) Estaba la princesa leyendo un libro en el jardín de palacio cuando llegó un príncipe de un lejano país, atraído por las noticias de su sabiduría, y quiso verla. La princesa, curiosa, aceptó y le invitó a tomar una limonada porque hacía mucho calor. Él, nada más verla, impresionado por su belleza, cayó a sus pies y le propuso matrimonio. La princesa, asombrada, lo miró fijamente diciéndole: perdone, caballero, usted y yo no nos conocemos de nada, así que no sé cómo se atreve a pedirme que me case con usted. ¿Acaso sé yo si tiene buen carácter, si es simpático, si le gusta la música o  si sabe cocinar perdices? ¿Me ha preguntado si yo tengo un amor, si me gustan los hombres o si tengo interés en casarme? La princesa cogió de nuevo el libro y siguió leyendo. El príncipe, cabizbajo, se dio media vuelta y se marchó pensando que se había equivocado de cuento.

Para saber más…. Contar cuentos cuenta en femenino y en masculino.       

Fuente: Almudena Mateos e Itxaso Sasiain. Cuadernos de educación no sexista. Nº 18  Instituto de la Mujer (2006)

 

Vídeo:  Juguetes  no  sexistas. Fuente:  ‘Mujeres  de  Hoy’,  Instituto  de  la  Mujer  y RTVE,  2004.

 

10Itxaso Sasiain y Almudena Mateos. Contar cuentos cuenta. Serie Cuadernos de Educación no sexista nº 18  . Instituto de la Mujer. Madrid, 2006, p.26.