LO SIMBÓLICO
Reflexiona: ¿Qué crees que implica decir que “el lenguaje es simbólico”?
Que el lenguaje sea simbólico quiere decir que tiene capacidad para dar significado a la realidad que vemos y sentimos. También quiere decir que a través de diversos signos y símbolos (palabras, imágenes, etc.) podemos conocer e imaginar una realidad que no tenemos presente; todo depende de nuestra capacidad de interpretar esos símbolos y de mirar lo que hay a través de ellos.
Investiga… Observa los entornos en los que vives y comprueba cómo en la vida cotidiana hay ocasiones en las que no se da existencia simbólica a las mujeres y a las niñas.
Mercedes Bengoechea apunta que “el lenguaje refleja y, muy especialmente, ayuda a construir, nuestra concepción del mundo y la realidad. Es decir, los términos, las frases y el lenguaje que la gente usamos para describir la realidad, las cosas y las personas organizan nuestra estructura interpretativa de las mismas. En ese sentido el poder y la capacidad de influencia del lenguaje público son trascendentales.” (Guía para la revisión del Lenguaje desde la perspectiva de género. Proyecto Parekatuz. Diputación Foral de Bizkaia. www.bizkaia.net)
Como habrás comprobado, en muchos casos no se habla, no se representa mediante imágenes o palabras, lo que la mujeres aportan al mundo. Fíjate en los siguientes ejemplos:
- En un curso de formación con familias, una mujer contaba que a partir de la experiencia vivida en esa formación había dado existencia simbólica a su abuela; ella decía que de esta mujer conocía el nombre y poca cosa más, no había sabido nunca a qué se había dedicado, ni las aficiones que tenía, ni cómo había sido su vida, ni las relaciones que había mantenido con sus hijas e hijos. Sin embargo, comparativamente, nos decía que sí sabía mucho más de su abuelo, porque formaba parte de la historia familiar; él había participado en varias guerras y era glorificado por sus hazañas bélicas. A partir del curso ella decidió investigar y conocer de su abuela algo más que el nombre.
- En un pequeño municipio, durante las fiestas patronales, un grupo de mujeres decidieron hacer pan siguiendo la forma de hacer tradicional y utilizando un antiguo horno de leña. Amasaron y cocieron unas hogazas grandes, de aspecto suculento y olor maravilloso que serían utilizadas después en una rifa. Cuando terminaron su labor y otras personas del pueblo comprobaron el resultado de su trabajo, muchos hombres decidieron hacerse fotos sosteniendo las hogazas y estas fotos son las que salieron más adelante en la revista comarcal..
- En un colegio es habitual que un grupo de chicos baje las escaleras empujando, corriendo y molestando al resto de la gente; este es un grupo muy conocido: se habla mucho de estos chicos y de sus comportamientos. Sin embargo, del resto de los chicos y de la mayoría de las niñas, que suben y bajan las escaleras tranquilamente y sin molestar, apenas nadie dice nada.
En educación lo importante es dar existencia simbólica a lo que consideramos relevante, a lo que queremos que el alumnado aprenda. Y dar existencia simbólica, como ya hemos visto, tiene que ver con poner palabras, imágenes, música, o cualquier otro tipo de representación a lo que queremos que exista. Por ejemplo, si un grupo de profesoras y profesores se plantea que es importante que el alumnado aprenda un lenguaje relacionado con la práctica de la paz, tendrá que realizar todo un trabajo en el que la simbología del centro, empezando por el lenguaje hablado y siguiendo con los dibujos, imágenes, música o representaciones dramáticas, hable desde y de la paz.
Si de la misma manera, el claustro considera que es relevante el hecho de considerar que este mundo está compuesto por niños y niñas, hombres y mujeres y que ambos sexos hacen aportaciones significativas al mundo, tendrá que dar existencia simbólica a esta idea y preocuparse de que en su centro estén representados ambos sexos en todas las áreas, en todas las materias, en todos los espacios, en todos los juegos.
Observa de nuevo tu realidad cotidiana e intenta descubrir situaciones en las que hay una representación simbólica de las mujeres, de las niñas o de sus aportaciones. Quizá estos ejemplos puedan guiarte:
- En muchos centros escolares, con motivo de la semana cultural o para fin de curso, se organizan jornadas de juegos en las que se tienen en cuenta los juegos tradicionales del municipio, intentando que estén representados tanto los juegos mixtos como aquellos otros en los que jugaban sólo niñas o sólo niños. Suelen ser jornadas en las que participa toda la comunidad educativa: madres, niños, niñas, profesoras, profesores, y quien quiera acercarse.
- Una profesora de instituto estuvo todo el curso trabajando para que se escucharan en el equipo directivo las peticiones de un grupo de chicas que querían que se instalaran unos bancos en el patio para poder charlar cómodamente. Aunque la petición venía de ellas, esta era una medida que beneficiaba a todo el alumnado.
- Un grupo de profesoras y profesores insistieron en cambiar los carteles que señalaban los espacios del centro, así como los documentos internos, cartas y cuestionarios que se enviaban a las familias. Pedían cambiar el masculino por algún genérico o bien nombrar a los dos sexos: sala de profesoras y profesores, dirección, jefatura de estudios.
Para saber más… Tomar en serio a las niñas.
Fuente: Concepción Jaramillo. Recursos simbólicos para prevenir la violencia; en Tomar en serio a las niñas. Serie de Cuadernos de Educación No Sexista, nº17, pág. 39-63. Instituto de la Mujer (2005)
Seguramente, en algún momento de tu vida has pasado por la experiencia de sentirte nombrado o nombrada, y de sentir que, con ello, se valoran tus actuaciones y aportaciones; y seguramente también habrás sentido qué significa no ser tenido o tenida en cuenta, percibir que se descalifican tus actuaciones o sentir que muchas de las cosas que haces son interpretadas de otra manera a como realmente son.
Investiga… Lee el siguiente texto:
“Cuando las mujeres que trabajan en Correos demandaron carritos para poder transportar los envíos postales, muchos los criticaron por ser un signo de debilidad femenina. Cuando las mujeres reclamaron servicios de proximidad -como las guarderías de empresa o comedores escolares- para facilitar la incorporación al mercado laboral y liberar más tiempo para la vida, muchos lo encontraron una demanda injustificada. Cuando las mujeres que trabajaban en los hospitales pidieron un calzado cómodo para hacer más llevadera la jornada de trabajo, muchos lo consideraron improcedente. Actualmente los carteros, hombres y mujeres, usan carritos: todos, hombres y mujeres, reclaman los servicios de proximidad, y en los hospitales, hombres y mujeres, calzan zuecos. Son tres ejemplos de las disparatadas reivindicaciones feministas que, al cabo de los años, se han aceptado porque suponen una mayor calidad de vida para todos....”
Fuente: Fragmento del artículo “Reivindicaciones con sentido común”. Madrid Sindical. Febrero, 1999. (Tomado de Experiencia y conocimiento de las Mujeres en la Educación Permanente: una propuesta didáctica para prevenir violencia. Instituto de la Mujer, Madrid, 2000).
Desde esta vivencia personal que nos habla del gusto por sentir que otras personas nos tienen en cuenta, de estar representada o representado de manera positiva, nos podemos preguntar por los beneficios para todas y para todos cuando nos nombramos y no nos excluimos mediante el lenguaje.
Por ello, es importante dejar sin sentido a ese simbólico que identifica a las mujeres exclusivamente con la belleza y a los hombres con la valentía y la agresividad. Se trata de que el lenguaje nos ayude a concebir, nombrar e imaginar formas diferentes de ser hombre y de ser mujer. La primera mujer que se atrevió a pensar y a poner palabras a su deseo de ir a la universidad, cuando ninguna mujer podía hacerlo, abrió el camino para que otras mujeres también lo pudieran nombrar y hacerlo realidad. Igualmente, aquellos hombres que un día se atrevieron a pensar que no querían luchar, ni portar armas ni estar en ninguna guerra, y que pusieron palabras a este deseo, abrieron la puerta a otros hombres que a partir de entonces pudieron contagiarse por ese mismo deseo.
Texto: Ana Mañeru y José Mª Báez. Ilustración: Itxaso Sasiain
Dar nuevos significados y hacer simbólico puede ser un acto deliberado. Basta el convencimiento de que representar las formas diversas de ser hombres y de ser mujeres que hay en el mundo mejora las relaciones entre los sexos, entre las personas de un mismo sexo y las de cada una consigo misma.