La coeducación&: Dos sexos en un solo mundo

MÓDULO 1: COEDUCAR HOY

MÓDULO 1: COEDUCAR HOY

En cada contexto, cultura o momento histórico, la existencia de dos sexos ha sido  interpretada de un modo distinto. Así, por ejemplo, si eres mujer, es probable que muchas de las actividades que no eran bien vistas que fueran realizadas por tu abuela cuando ella era joven, hoy en día son hechas por ti con total naturalidad. Del mismo modo, una parte significativa de la violencia que se ejerce contra las mujeres era considerada en otros tiempos como algo normal mientras que en la actualidad está considerada como una lacra a erradicar y está tipificada como delito por diversos estados y organismos internacionales. Esto nos hace saber que la realidad es cambiante y que podemos incidir en ella.

Investiga... Observa a las niñas y a los niños de tu escuela:

-¿Muestran actitudes impensables en otros tiempos?

-Si es así, ¿Te parecen un avance o un retroceso?

-¿Por qué?

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Si observas cualquier escuela, tal como son hoy en la cultura occidental que es a la que nos referiremos en este material, podrás darte cuenta de que no se trata de una entidad neutra y abstracta, que es un lugar que cobra vida con la presencia de seres humanos de carne y hueso que se relacionan entre sí. Estos seres humanos que conviven en cualquier recinto escolar no son seres neutros. Ellos y ellas expresan sus emociones o pensamientos a través de sus cuerpos, cuerpos distintos y dispares, de hombre o de mujer.

La escuela es un lugar en el que puedes ver a mujeres y hombres, chicas y chicos, niñas y niños que se mueven, se expresan, desean, aprenden, dudan, sienten. Aunque esto pueda parecer una perogrullada, prestar atención al hecho de que quienes conforman nuestras aulas son personas sexuadas, o sea, que pertenecen a uno u otro sexo, es tomar en consideración una cuestión que afecta de modo central a lo que pasa y a lo que deja de pasar en la dinámica escolar.

Hacer coeducación significa procurar que la presencia de ambos sexos en una misma escuela sea una fuente de enriquecimiento para unas y otros, y no un pretexto para la desigualdad o la violencia.

Coeducar implica, por tanto, mimar el arte de la relación en un contexto que es diverso, complejo y cambiante. Supone también tratar a las alumnas y a los alumnos como personas dispares entre sí que, además de estar condicionadas por su entorno y por el momento que les ha tocado vivir, son capaces de incidir en él con creatividad, con libertad y sin violencia.