SABIAS Y MAESTRAS
Con lo que hemos ido diciendo, has podido comprobar que, en el pasado, no sólo ha habido mujeres instruidas, sino también grandes maestras. Ya en la cultura griega, Sócrates, según se recoge en “El Banquete” de Platón, reconoce haber aprendido de una mujer, Diótima, sacerdotisa y filósofa, acerca de la naturaleza y el origen del amor. Este filósofo, además, tomó a su madre, que era partera, como referente a la hora de plantear su método educativo denominado la Mayéutica, refiriéndose a él como el arte de parir y de ayudar a parir ideas.
Muchos años después, María Zambrano (1904–1991), pensadora, filósofa, poeta y maestra, tanto en España, su tierra natal, como luego en México, Puerto Rico, Cuba, Italia y Suiza, durante su largo exilio, dijo que lo sustancial del ser humano es estar continuamente renaciendo y, desde esta concepción de la vida, dijo también que “no tener maestros es no tener a quién preguntar, y más hondamente todavía, no tener ante quién preguntarse.”
María Montessori
Fuente: www.montessori-childrens-school.net
En este discurrir de grandes maestras, han sido muchas las que, con destreza y firmeza, han abierto el camino, no sólo para que nos sintamos autorizadas y autorizados para educar desde la relación y la libertad, sino también para que hoy en día la educación de las niñas y la práctica de la coeducación sea una realidad en creciente consolidación. Son muchos los ejemplos, aunque mencionaremos sólo a algunas.
En 1817, en México, Delmira Regurviasa solicitó a los tribunales mexicanos una mejora en la educación para las mujeres. En 1828, en ese mismo país, Guadalupe Silva hizo campaña a favor de nuevos métodos docentes, denunciando las viejas maneras de enseñar a leer que “causa nauseas a los que los oyen”. En ese mismo año, Ana Josefa Caballero pidió autorización al gobierno municipal para establecer una ‘academia mexicana’ para niñas impulsada, como dijo, “por el amor al país en el que nací y al sexo al que pertenezco”.
Gabriela Mistral
Fuente: www.elpais.com
Lucila Godoy Alcayaga, más conocida con el seudónimo de Gabriela Mistral, nació en Vicuña (Chile), en 1889. Fue educada por su hermanastra y a los 16 años decidió seguir la carrera de maestra, para lo que solicitó su ingreso en la Escuela Normal de La Serena; pero fue rechazada porque sus ideas, que habían aparecido reflejadas en algunos artículos periodísticos, eran consideradas ateas y contraproducentes para la actividad de una maestra. Gabriela reclamó entonces sus derechos y publicó en La voz de Elqui su artículo «La instrucción de la mujer», en el que exigía que todas las mujeres tuvieran derecho a la educación. Tras la publicación de dicho artículo, logra su nombramiento. Más tarde, el filósofo José Vasconcelos la invita a México a colaborar con la reforma educativa de su país y desde ese momento inicia una vida en la que viaja con mucha frecuencia a Estados Unidos y a diversos países de Europa.
En el primer tercio del siglo XX, en España, mujeres como María de Maeztu, María Goyri y Jimena Menendez-Pidal, vinculadas a la institución libre de enseñanza, defendieron firmemente una educación que hiciera de las niñas mujeres cultas y libres. La ‘residencia de señoritas’ creada en 1915 por María de Maeztu fue un centro de referencia para universitarias y maestras. Allí se incorporaron nuevos métodos pedagógicos y se contó con la presencia de intelectuales de todo el mundo como las premio nobel Marie Curie y Gabriela Mistral. María de Maeztu fue además directora del Instituto – Escuela, que generó un debate intenso en su época porque en él la educación era mixta y no se impartía clases de religión.
Para saber más… Feminismo en América Latina
Fuente: Guía de formación para la participación social y política de las mujeres. Manual de la alumna. Luz Martínez Ten y Rosa Escapa. Pág. 79-90. Instituto de la Mujer, 2008.
Con estas pequeñas biografías esperamos haberte despertado la curiosidad por seguir indagando en las vidas y obras de mujeres que han hecho posible, entre otras cosas, que hoy estés realizando este curso sobre la coeducación.
Esta información la hemos encontrado en el trabajo en elaboración de Claire Brewster, “Género en la independencia de Latinoamérica I: La sociedad colonial tardía, una perspectiva general”.