REPASO DEL MÓDULO
La existencia de dos sexos en un mismo mundo ha sido interpretada de diferentes modos a lo largo de la historia. Las formas patriarcales de entender las relaciones de y entre los sexos no lo han ocupado todo, también ha habido experiencias de libertad.
En educación, esto ha significado que, aunque ha existido discriminación hacia las niñas y gran parte de la formación pensada para ellas ha estado impregnada de estereotipos, han existido diversos contextos en los que la enseñanza femenina ha sido amplia y rica. De hecho, siempre ha habido mujeres instruidas que, no sólo han sido condicionadas por el mundo que les ha tocado vivir, sino que han sido creadoras de mundo y han incidido en las distintas disciplinas del saber.
La coeducación no es lo mismo que la escuela mixta. La implantación de educación mixta por parte de los Estados ha supuesto, en la mayoría de los casos, la incorporación de las niñas a una escuela que había sido pensada por y para hombres. Se trataba de una escuela marcada por el patriarcado, el androcentrismo y los estereotipos de género.
La coeducación es un conjunto de prácticas que pretende, no sólo superar los residuos que el patriarcado ha dejado en nuestras vidas y de forma particular en la escuela, sino también dar la posibilidad para que ambos sexos aprendan a relacionarse desde el reconocimiento mutuo y de que niños y niñas puedan expresar formas singulares, originales, diversas, pacíficas y libres de ser hombre y de ser mujer.
Hacer coeducación implica:
- Dar valor y reconocimiento a las necesidades, deseos y aportaciones de las mujeres.
- Partir de la libertad que hay y que siempre ha habido para seguir dibujando su estela.
- Dar las mismas oportunidades, derechos y obligaciones a ambos sexos.
- Enseñar a que cada niña y cada niño de un sentido libre, no estereotipado, al sexo que tienen.
- Ayudar a que cada niño y cada niña saque a la luz su propia singularidad.
- Promover relaciones basadas en el intercambio y el reconocimiento mutuo entre niñas, entre niños, y entre niñas y niños.
- Prestar atención a la complejidad de una realidad en continuo cambio.
- Prestar atención a la propia realidad, como hombre o como mujer, que también está en continuo cambio.