EQUIPOS Y GRUPOS
En ocasiones, la coeducación se ha confundido con mezclar a niños y niñas en las aulas. Es indudable que el hecho de educar a los dos sexos en el mismo espacio, facilita la labor coeducativa; pero ya vimos, en el primer módulo de este curso que, no por estar juntos los dos sexos se da una mayor coeducación y que igualmente puede hacerse coeducación en espacios o grupos segregados por sexos.
Esto tiene un importante correlato en la actividad física, ya que, hombres y mujeres tenemos cuerpos diferentes y, aunque podamos hacer prácticamente las mismas cosas y las mismas actividades, no es igual la experiencia de hacerlas desde un cuerpo masculino que desde un cuerpo femenino.
Esto se evidencia aún más en aquellas etapas en las que niños y niñas tienen un desarrollo corporal dispar o simplemente, en aquellas situaciones en las que niñas y niños, casi siempre por razones culturales, como ya hemos visto han desarrollado habilidades muy distintas de manera que nos encontramos en la escuela con aulas en las que se produce un gran desfase con respecto a las habilidades físicas y deportivas que unas y otros presentan.
Es cierto que este desfase es más tenue en los primeros años de escuela, debido en parte a la temprana escolarización, así como al interés por el desarrollo de la psicomotricidad en las primeras etapas de la infancia. No obstante, ya cerca de la adolescencia, cuando los cuerpos de niños y niñas tienen momentos de desarrollo evolutivo diferentes, el tratamiento que damos a la actividad física requiere una atención especial si queremos que tanto unas como otros sigan desarrollando al máximo su potencialidad.
Superar estas situaciones, que a veces son difíciles, requiere cierta flexibilidad tanto en las normas que aplicamos a los juegos como en los grupos que formamos, donde a veces puede resultar interesante contemplar la separación por sexos.
Piensa un momento: ¿cuándo haces grupos de trabajo funcionan igual los chicos y las chicas? ¿Encuentras diferencias en la forma de organizar el trabajo, responsabilizarse de las tareas, etc.?
En las primeras etapas escolares, niños y niñas suelen practicar los deportes de forma conjunta
Observa los siguientes ejemplos:
- En un centro de primaria, en sexto curso niños y niñas están jugando al baloncesto en la clase de educación física. Hay un grupo de niños que ya tienen un cuerpo muy fuerte y parece que quieren manifestarlo constantemente por lo que es imposible jugar con ellos: acaparan todos los balones, con el afán de demostrar la fuerza y velocidad, no dejan hacer nada a los y las demás.
- Una profesora de educación física explica que cuando tienen que hacer equipos mixtos a veces tienen dificultades con algunos niños que no quieren admitir a las chicas y dicen: “es que no se mueve, es que no lucha, es que con ella vamos a perder; y además es fea y gorda”. Sin embargo cuando hace equipos mixtos en actividades en las que las chicas suelen ser más activas, por ejemplo, inventar una coreografía, ellas suelen ayudar a los chicos que se muestran menos hábiles en estas disciplinas y no tienen inconveniente para incluirlos en sus grupos.
- Hay un grupo de chicas en la clase que bailan estupendamente. Cuando hay que realizar actividades relacionadas con el ritmo y la memorización de movimientos, hay un grupo de chicos que no soporta que las niñas “les superen” y entonces empiezan a abuchearlas, a burlarse de su trabajo o a decir que esa actividad es una tontería y que estarían mejor jugando al fútbol.
Ante situaciones parecidas a las expuestas, algunos profesores y profesoras han adoptado medidas como las siguientes:
- Una profesora decidió que en la clase de educación física, cuando jugaran algún partido iba a separar la clase por sexos. Las niñas harían su propio juego y los niños el suyo. De esta forma encontró que en ambos casos el alumnado conseguía moverse con mayor libertad.
- Un profesor de educación física puso nuevas normas a los encuentros de fútbol y baloncesto de manera que tanto chicos como chicas pudieran participar; todos los miembros del equipo tenían que tocar el balón antes de lanzarlo a canasta o a portería, de manera que impedía la monopolización de unos pocos; después de cada descanso, iba cambiando a la persona que hacía de capitán o capitana del equipo y se daba más valor a la técnica en los pases que a la fuerza con la que se tiraba el balón.
Por todo ello es bueno cuando hacemos equipos para jugar o para cualquier otra actividad preguntarnos si los queremos hacer mixtos o segregados, según los objetivos que queramos conseguir o la dinámica que queramos emplear en cada juego. Ten en cuenta que la formación de un grupo para una actividad determinada es una estrategia, no es un fin en sí mismo; por ello podemos realizar estas formaciones según los objetivos de la actividad, la dinámica de la clase, etc.
Belén Nogueiras nos cuenta que para algunas profesoras, en algunos momentos ha sido importante trabajar con alumnos y alumnas por separado de manera que ellas se pudieran sentir libres de agresiones, descubrir con mayor facilidad sus capacidades físicas, disfrutar del movimiento y adquirir una mayor confianza y seguridad en sus propias capacidades. De modo que, cuando juegan con niños, saben que lo que ellos les puedan decir sobre su falta de habilidades no es cierto.
Para saber más… La educación física, un espacio importante para la prevención de la violencia. Belén Nogueiras
Fuente: Relaciona: una propuesta ante la violencia. Instituto de la Mujer, Madrid (2001) Pág. 42-47