ACTIVIDAD FÍSICA
La actividad física abarca un concepto más amplio que el de práctica deportiva, ya que incluye aspectos que tienen que ver con el desarrollo corporal, con el mantenimiento de la salud, con sentir el cuerpo y que no están ligadas a la competición. Cuando hablamos de actividad física nos referimos a que el paseo, el juego que exige movimiento, el baile o la danza, el yoga, etc. son disciplinas que sin ser consideradas deporte, implican el movimiento del cuerpo, y el desarrollo de habilidades y capacidades.
Vídeo: Elige tu deporte
Fuente: Elige tu deporte Instituto de la Mujer (2007).
La actividad física es también un recurso metodológico a tener en cuenta en todas las áreas. Es contar con que tanto nuestro cuerpo como los cuerpos de las personas que tenemos cerca suelen estar en continuo movimiento y este es un modo de expresión que también necesita ser atendido y tenido en cuenta.
Piensa un momento en tu aula, en tu clase y analiza la importancia que le das a la actividad física dentro de tu asignatura. ¿Propones actividades que permitan un poco de movimiento? ¿Realizas de vez en cuando algún juego? ¿Propones tareas que impliquen que se trasladen e investiguen otros espacios? Es posible que tengas la experiencia de dar clase a primera hora y percibir que tu alumnado es capaz de permanecer con tranquilidad mientras te escucha; pero cuando impartes tu clase a última hora, es posible que observes inquietud en sus movimientos y que en algún caso “no paren”.
Observa las siguientes situaciones:
- En un curso para profesorado que duraba cuatro horas todas las personas asistentes se planteaban la necesidad de tener un descanso entre medias para fumar, estirar las piernas, tomar algo; etc. De primeras todas comentaron que era demasiado largo: muchas horas sentadas, decían. Aunque más tarde dijeron que el curso se les había hecho muy ameno y el tiempo había pasado volando, no dejaban de pensar en su alumnado: tantas horas sentados en un pupitre, sin salir de la clase y a veces sin moverse nada durante la misma.
- En un centro de primaria, el profesor de música enseñó a su alumnado una serie de danzas bajo el título “danzas del mundo”. Algunos niños dijeron que aquello era una chorrada y que no querían aprender. Sin embargo las niñas y una buena parte de los niños mostraron un gran entusiasmo hacia la actividad y lo pasaron realmente bien.
- En la clase de filosofía, la profesora quería trabajar con su alumnado “la confianza entre las personas”; para ello realizó la siguiente actividad: llevó a todo su alumnado al gimnasio y les pidió que se pusieran por parejas. Un componente de la pareja tenía que tapar sus ojos con una cinta y dejarse guiar por la otra persona. Al principio las parejas caminaban lentamente, pero a medida que iban avanzando la profesora les indicaba que tenía que ir cada vez a más velocidad. Algunas parejas lo conseguían, otras no lo conseguían y la persona ciega tenía que parar y quitarse la venda. Después, cada pareja contaba qué le había ocurrido y pensaban las razones.
- Una profesora de secundaria, cuando llegaban los últimos días del trimestre y el alumnado “olía vacaciones” y resultaba difícil la concentración, aprovechaba parte de la clase de esta manera: proponía al alumnado un cambio de roles de manera que ella era alumna y quien quisiera podía imitar cómo ella daba la clase. Chicos y chicas lo pasaban en grande con esta actividad y a la profesora le servía para entender mejor a su alumnado, saber lo que realmente opinaban de su profesorado y darse cuenta de sus propios errores, rutinas, etc.
Los anteriores ejemplos tienen que ver con actividades físicas que implican trabajo sobre el desarrollo de los cuerpos: la coordinación y moverse al ritmo de una música, saber cómo el cuerpo responde a la confianza que depositamos en las personas u observar y dramatizar lo que otras personas hacen para sentir una mayor empatía hacia ellas.
La actividad física debe estar presente en todas las materias.
Fuente: Banco de imágenes del CNICE
Cuando pensamos en actividad física dentro del contexto educativo podemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Cuidar la actividad física que se desarrolla en el patio a la hora del recreo, teniendo en cuenta la diversidad, los gustos y necesidades del alumnado. Por ejemplo en un colegio, a la hora del patio se ofertaban:
- Juegos de competición: una liguilla de fútbol y otra de baloncesto, alternativamente para chicos y chicas.
- Juegos de circo: malabares, cariocas, saltos, volteretas, flexibilidad, cuerdas.
- Ajedrez.
- Tenis de mesa.
- Y además en el patio quedaba la posibilidad de sentarse en bancos, pasear, acudir a la biblioteca o a una sala de informática.
Fuente: www.elpais.com
- Considerar la actividad física en todas las materias y en todas las actividades. Recuerda que somos un cuerpo que se expresa a través del movimiento, de manera que duele, se cansa o se alegra según las circunstancias. Deja a tu alumnado tiempo y espacio para el movimiento.
Ten en cuenta que en muchas ocasiones, niños y niñas a través de su actividad física están expresando un malestar; tanto en la infancia como en la adolescencia, el cuerpo suele hablar, sobre todo cuando faltan palabras. En la educación infantil y, en muchos casos, también en la educación primaria, este tipo de situaciones suelen ser tenidas muy en cuenta y se las tratan mediante técnicas relacionadas con la psicomotricidad, de manera que niños y niñas aprenden que pueden expresar su malestar de muchas formas a través de su cuerpo que no son nocivas para sí ni para otras personas o cosas que tengan a su alrededor. Aprenden también que con sus cuerpos pueden también expresar de muchas maneras lo bueno que sienten.
Acoger el movimiento de los cuerpos supone ir un poco más allá de verlo simplemente como una conducta (a veces como una “mala conducta”) y entender que, en ocasiones, la expresión brusca, agresiva o impulsiva de un cuerpo hace referencia a algo más, que en ocasiones es conveniente trabajar con el alumno o alumna en cuestión.
No se trata de estar moviéndose todo el tiempo en clase, ni mucho menos. Pero sí de tener en cuenta la actividad física como un elemento más que puede ayudar a captar la atención del alumnado, hacer su estancia en la escuela más agradable, no olvidarse de que son cuerpos o mejorar su rendimiento. Generalmente, esto lo sabe modular muy bien el profesorado de infantil y primer ciclo de primaria; sin embargo, a medida que se avanza hacia cursos superiores, el movimiento va disminuyendo hasta desaparecer prácticamente del aula.