USO DEL ESPACIO
Investiga… Si trabajas en un colegio, ¿Has observado alguna vez el juego que niños y niñas desarrollan en el patio del colegio? ¿Qué espacios ocupan? ¿A qué juegan?
Si trabajas en un instituto, ¿has observado en algún momento como el alumnado baja las escaleras del centro o cómo camina por los pasillos durante el recreo o a la salida? ¿Observas alguna diferencia entre chicos y chicas?
Si nunca habías hecho estas observaciones, merece la pena que le dediques un tiempo. No sería extraño que encuentres que la mayor parte del espacio central del patio está ocupado por un campo de fútbol. Esto legitima que, como mucho 22 personas, en su gran mayoría niños, jueguen ahí, mientras el resto de niños y niñas ocupan los alrededores realizando diversos juegos o paseando mientras comen el bocadillo. Esto nos indica que, si no tenemos cuidado y no prestamos atención, es muy posible que los espacios sean ocupados por unos cuantos chicos, mientras que el resto de niños y niñas ocupan “lo que quede”.
Piensa en los siguientes ejemplos:
- A la hora de la salida hay un grupo de niños mayores que, según salen, se ponen a dar patadas a un balón, sin mirar que hay familias, madres, padres, personas mayores esperando. Se les ha comentado que pueden jugar a otros juegos en los que no se molesta o bien esperar unos minutos a que se despeje la entrada y así podrán jugar con tranquilidad y sin incordiar a nadie.
- En un Instituto, un grupo de chicos suelen salir de las aulas dando voces y bajando las escaleras dando bandazos y empujándose unos a otros. A veces, sin querer, empujan a otras personas o incluso tiran cosas. La mayoría de alumnos y alumnas, por el contrario baja las escaleras normalmente, charlando en grupos, respetando el espacio y los materiales de los y las demás.
- En las paredes de un instituto pusieron papel en dos paredes para que el alumnado expresara allí sus opiniones acerca de un determinado tema. Había un espacio para las chicas y otro para los chicos. Ellos llenaron su espacio y también el de las chicas, escribiendo incluso encima de los mensajes que ellas habían puesto.
- A la entrada de clase, después del recreo, unos cuantos chicos se pusieron en la puerta y no dejaban pasar a nadie hasta que no hacían lo que ellos querían.
Los anteriores ejemplos indican que, en muchas ocasiones, el espacio no se distribuye de igual forma entre los sexos y esto afecta a sus posibilidades de estar a gusto en un lugar que es suyo, a sentirse bien en el espacio en el que pasan la mayor parte del tiempo. A partir de aquí surge como propuesta la realización de actividades y juegos en los que:
- Se ayude a los niños a ver que en muchos momentos el espacio hay que compartirlo y no pueden actuar como si fuera exclusivo para ellos y sus juegos.
- Animar a las niñas a experimentar qué sienten en otros espacios que no sean los rincones o estar pegadas a las paredes o vallas en los patios.
- Aprender a distribuir y negociar tiempos y espacios para que todos y todas puedan hacer actividades.
- Idear distribuciones para que todo el alumnado tenga la posibilidad de realizar las actividades que les gusta hacer.
- Asegurarnos de que niños y niñas pueden moverse con seguridad y confianza en todos los espacios del centro.
Observa los siguientes ejemplos:
- En un instituto de secundaria, como el hall de la entrada era muy grande, dedicaron una parte a colorar mesas y bancos corridos de manera que el alumnado pudiera sentarse allí tranquilamente a charlar, jugar, incluso hay quien lo utiliza para hacer tareas.
- Un profesor de sexto de primaría había organizado el espacio de su clase de una manera similar a como lo hacen en infantil. En un rincón tenía un espacio con una alfombra grande para hacer asambleas, los pupitres estaban organizados por grupos de cuatro y había varios “rincones” en la clase dedicados a la ciencia, a la lectura, etc. a los que el alumnado podía acudir en cualquier momento.
- Una profesora de secundaria dedicó una buena parte del curso a convencer al equipo directivo de la necesidad de poner bancos en el patio para que quienes tuvieran ganas de sentarse a charlar tranquilamente también pudieran hacerlo.