UN CUARTO PROPIO
Un cuarto propio es el título de un libro escrito por Virgina Woolf5 en el que, a principios del siglo XX, cuenta a mujeres universitarias la importancia de que tengan un espacio para ellas; a través de esta obra va narrando las condiciones materiales indispensables para que una mujer pueda desarrollar una labor de creación y enriquecimiento personal.
En el Módulo 1 hablamos de mujeres pioneras en el desarrollo de su pensamiento, arte o ciencia y mencionamos la importante aportación de esta autora. Cuando Virginia Wolf habla de un “cuarto propio”, se refiere simbólicamente al espacio y al tiempo que todas las personas necesitamos en nuestra cotidianeidad; un tiempo y un espacio de reencuentro, de descanso, de creatividad de reflexión o de ocio. En el caso de las mujeres, esto significa también la necesidad de independencia simbólica, de poder partir de sí y poner en juego su propia experiencia como mujer.
Observa en el vídeo cómo una mujer narra su necesidad de espacio y tiempo propio.
Vídeo: Cuando envejecemos.
Fuente: ‘Mujeres de Hoy’, Instituto de la Mujer y RTVE. 2005.
Todas las personas necesitamos un espacio y un tiempo de reencuentro, descanso, reflexión, ocio…
Fuente: Familia y reparto de responsabilidades. Pág. 13. Instituto de la Mujer, 1994.
Pero, ¿por qué es importante preguntarse acerca del espacio y el tiempo propios?
Mujeres y hombres solemos usar de forma diferente el tiempo y el espacio. Ellos suelen percibir el tiempo de una forma lineal en la que hacen una tarea después de otra. El uso del tiempo por parte de las mujeres, en cambio, suele ser circular en el sentido de que mientras están realizando una tarea principal, atienden al mismo tiempo otras tareas secundarias que les requieren una menor dedicación o menos recursos.
Alumnas asistiendo a clase con sus criaturas en el Programa de Alfabetización y Educación Básica de Personas Adultas de Perú.
En muchas ocasiones se sigue educando a los niños en la consideración de que su tiempo es un tiempo para ellos, animándoles a que dominen los espacios donde quieren estar. Esto, a veces, les lleva a considerar que su tiempo y sus necesidades están por encima del tiempo y las necesidades de los y las demás, pero sobre todo de las demás. Por el contrario, en muchas ocasiones se sigue educando a las niñas para que conviertan su tiempo y su espacio en bisagras para optimizar el tiempo de otras personas que viven a su alrededor, incluso a costa del propio tiempo de actividades, estudios, deportes, tiempo libre, etc.
Observa los siguientes ejemplos:
- Ángel es el hermano mayor de Olga y de Marta. Van al mismo colegio. Cuando terminan las clases, Ángel se va derecho a sus actividades deportivas en compañía de sus amigos, sin ver a sus hermanas. Olga recoge a la pequeña y juntas van al polideportivo.
- Una madre ha solicitado dejar a su hija en el centro cinco minutos antes del horario extraescolar de desayuno. La razón es que ha cambiado de trabajo y ahora entra un poco antes. Cuando la tutora ha investigado un poco sobre esta situación ha comprobado que el padre entra a trabajar un poco más tarde pero dice que no puede llevar a la niña porque tiene costumbre de ir a desayunar con los amigos.
En ambos ejemplos, las niñas que los protagonizan se ven inmersas en una circunstancia en la que su tiempo se maneja en favor de las necesidades de otras personas. Tener en cuenta a las otras personas es indudablemente una labor estupenda, pero no cuando implica olvidarse de sí. Si abordáramos ambas situaciones teniendo en cuenta el “cuarto propio”, es decir las necesidades de espacio y el tiempo de todas las personas de los ejemplos anteriores, éstos cambiarían de la siguiente manera:
- Ángel es el hermano mayor de Olga y de Marta. Van al mismo colegio. Ángel se ocupa de recoger a su hermana pequeña los lunes y los miércoles, días que Marta aprovecha para quedarse un ratito charlando con sus amigas en el parque antes de iniciar sus actividades deportivas. Los martes y jueves, Ángel sale rápidamente con sus amigos porque les gusta jugar un rato a baloncesto antes de empezar con el entrenamiento; esos días es Marta quien se ocupa de recoger a su hermana pequeña.
- Una madre tiene un trabajo nuevo que no le permite llevar a su hija al colegio; la tendría que dejar cinco minutos antes de que abriera el centro escolar. El padre de la niña es quien se encarga ahora de levantarla y llevarla al centro educativo, con la ventaja de que con este cambio la cría se levanta más tarde y desayuna en casa con su padre en vez de en el comedor del colegio. Ahora la niña está encantada y lo único que no entiende muy bien es que su padre sólo se toma un café porque dice que está acostumbrado a desayunar más tarde con sus amigos.
Educar en una visión diferente del espacio y del tiempo requiere:
- Que los niños aprendan y entiendan que el tiempo es un bien que todos y todas deben disponer y estar preparados para negociar y asumir que otras personas también quieren y necesitan “su tiempo y su espacio”.
- Que las niñas aprendan a poner límite al tiempo y a la energía que dedican a otras personas y aprender a tener un tiempo y un espacio donde sentirse, pensarse, verse y cultivar aquella idea de mujer que quieren llegar a ser.
Niños y niñas también aprenden en la escuela el valor del tiempo para sí y para los demás.
Fuente: Banco de imágenes del CNICE