ORIENTAR A CHICAS Y CHICOS
Dice Concha Jaramillo que “la orientación escolar se percibe como un proceso continuo integrado en el currículum y, por tanto, como una acción que forma parte del mismo hecho educativo. La finalidad de la orientación es el desarrollo integral de las capacidades del alumnado, así como del acompañamiento en su toma de decisiones para situarse en la sociedad”1 .
Si piensas un momento en tu propia experiencia a la hora de elegir el rumbo que has decidido dar a tu vida te darás cuenta de que seguramente tuviste la oportunidad de elegir una profesión acorde con tus capacidades, pero también tuviste que tener en cuenta tus posibilidades reales. Junto a esta decisión, tomaste otras como elegir si querías vivir en soledad o en compañía, cómo querías que fuese tu familia o dar un espacio y un tiempo a actividades de ocio de las que no querías prescindir. Y seguramente en la actualidad sigues decidiendo sobre cada una de estas cuestiones porque tus opiniones, tus deseos y tus circunstancias cambian y ello a veces implica que también cambien tus proyectos.
En este sentido, orientar a chicos y chicas hacia un proyecto de vida va más allá de aconsejarles con respecto a la elección de una profesión. Requiere identificar aquellos elementos que van a influir en sus elecciones y es necesario que sean conscientes de ellos para poder elegir “de verdad” y no dejarse “arrastrar por la corriente”.
Quien orienta debe tener en cuenta que, en muchos aspectos, la realidad afecta de modo diferente a chicos y a chicas. Por ejemplo, es fácil que hayas oído a muchas mujeres que quieren ser madres biológicas preguntarse y hacer cábalas acerca del momento idóneo para plantearse un embarazo y poder combinarlo con su vida profesional o con una determinada situación familiar; un chico nunca tendrá que realizarse esta pregunta, si bien tendrá que preguntarse y decidir, al igual que ellas, qué grado de implicación va a tener en el caso de optar por ser padre o tener menores a su cargo.
Quienes orientan deben tener en cuenta cómo afecta la realidad a chicos y chicas.
Fuente: Banco de imágenes CNICE
Orientar a chicos y chicas requiere tener en cuenta algunas cuestiones que les pueden ayudar a tomar decisiones sobre sus vidas, sin que ello suponga que sus respuestas iniciales son las que finalmente van a ser llevadas a cabo. Más bien al contrario, tienen unos cuantos años para seguir reflexionando acerca de sí y tener la oportunidad de ver pros y contras antes de tomar una decisión que, aunque en un primer momento, puede ser definitiva, también puede modificarse con el tiempo. Estas preguntas pueden estar relacionadas con:
- Las capacidades que cada persona tiene y que desarrolla con entusiasmo, energía y ganas. ¿Qué es lo que me gusta hacer, me gusta hacerlo bien y tengo interés por hacerlo cada vez mejor?
- La visión que cada persona tiene de de sí al imaginarse desarrollando una actividad determinada donde ponga en marcha esas capacidades ¿En qué tipo de trabajo o actividad puedo desarrollar mejor mis capacidades? ¿Cuál es la profesión que realmente deseo ejercer?
- La formación que exige el desarrollo de una determinada actividad ¿Para poder tener esta profesión qué estudios tengo que realizar?, ¿Durante cuánto tiempo? ¿Qué otras cosas necesito: idiomas, necesidad de viajar, etc.? ¿Qué posibilidades reales tengo de acceder a esa actividad?
- Las necesidades derivadas de la vida cotidiana que cada persona imagina que va a tener y cómo piensa que va a afrontarlas ¿Cuándo viva solo o sola, fuera de mi casa familiar, cómo voy a ocuparme de mí y de mis necesidades, cómo quiero que sea mi convivencia?
- El compromiso social que cada persona está dispuesta a asumir ¿Me gustaría participar en alguna labor social, o en un voluntariado, o en algún grupo o asociación que conecte con mis inquietudes?
- Las actividades de ocio y tiempo libre que le gustan realizar. Es necesario que además encuentre un tiempo sólo para mí, para hacer lo que me gusta, para descansar o para lo que sea, pero sólo para mí.
- La necesidad de dar un sentido libre a la diferencia sexual. ¿Los modelos de ser hombre o de ser mujer que tengo a mi alrededor responden a las preguntas anteriores? ¿Tengo que buscar otros referentes que se acerquen más a la idea de ser hombre o de ser mujer que me he ido haciendo durante estos años? ¿Puedo crear una forma propia de ser hombre o de ser mujer que sea acorde con mis deseos?
Ante este tipo de preguntas, es habitual que los chicos centren su reflexión en su carrera profesional y en los pasos que tienen que dar para alcanzarla. Mientras que las chicas suelen dar importancia, además, a la formación de una familia u otros componentes relacionales o afectivos.
Seguramente habrás conocido a algunas chicas, las menos, que perciben la formación de una familia como un elemento clave y excluyente que les impide el desarrollo en otras áreas; o bien, es posible que hayas hablado con chicos con la idea fija de realizar una formación continua pensando que esto les servirá para optar a mejores puestos profesionales y esa pasa a ser una idea central en su vida hasta el punto de limitar sus relaciones o de empobrecer su vida afectiva.
Aunque puedes considerar que estos son casos excepcionales, lo cierto es que cuando chicos y chicas se paran a pensar sobre estas cuestiones, encontramos respuestas diferentes. Fíjate en este ejemplo:
- En una clase de primero de ESO se pidió al alumnado que se juntaran por grupos y dibujaran el plano de una casa en la que todo el grupo viviría cuando fueran un poco mayores. En un grupo en el que solo había chicos dibujaron una casa con habitaciones individuales, sala de juegos, sala de cine, diversas pistas deportivas, piscina climatizada y ordenadores por todas partes. Cuando en la puesta en común, mostraron su modelo de casa, alguien les preguntó como mantendrían todo eso, con qué dinero, quién lo limpiaría, dónde estaba la cocina, etc.
En el ejemplo anterior, los chicos se tomaron la actividad, evidentemente, como un juego; pero fíjate que aún dentro de ese juego no se tiene en cuenta ni la profesión, ni las necesidades cotidianas, ni la relación entre las personas; se plantean únicamente desarrollar el mayor interés que tienen en el presente: jugar. Sin embargo, otros grupos, que también interpretaron esta actividad desde un punto de vista lúdico, hicieron otras propuestas, por ejemplo:
- En un grupo compuesto por chicas y chicos idearon una casa con dos habitaciones grandes: una de chicos y otra de chicas. Plantearon un salón muy grande con varias zonas: para ver TV, para juegos, para charlar, para comer. Tenían una cocina y varios cuartos de baño para no molestarse entre sí. Idearon además un sistema de turno para limpieza y unos horarios que combinaran trabajo y descanso para que todo el mundo pudiera disfrutar de la casa.
En este caso, chicos y chicas visibilizan la importancia de espacios comunes y de espacios segregados por sexo; tienen además en cuenta los trabajos tanto dentro como fuera de casa de todas las personas que conviven en ella y perciben la importancia del descanso y de la convivencia entre todos sus habitantes.
Aunque la situación descrita no deja de ser un juego, y así debe ser tomada, ¿hasta qué punto piensas que el hecho de que el primer grupo este formado sólo por chicos y el segundo por chicos y chicas, influye en las respuestas que han dado? Desde nuestro punto de vista, la introducción de elementos relacionales sí puede tener que ver con el hecho de que en el segundo grupo haya chicas; pero además de esto también es importante señalar que si ellas lo aportaron, ellos lo aceptaron (es decir, reconocieron autoridad a las chicas en su propuesta), de manera que todos los componentes del grupo tuvieron una importante ganancia al considerar la necesidad de favorecer los espacios de relación en los entornos cotidianos.
El profesorado debe tener en cuenta numerosos aspectos relacionados con el lenguaje, las imágenes y los mensajes que da a su alumnado.
Desde esta forma de entender la orientación, es decir, como un proceso que va mucho más allá de la elección profesional y que introduce elementos afectivos y relacionales, el profesorado debe cuidar:
- El lenguaje que utiliza, de manera que en su expresión no cierre, sino al contrario, invite a alumnos y alumnas a imaginarse y avivar el deseo de lo que pueden y quieren llegar a ser.
- Las imágenes que muestra, tanto en sus explicaciones cotidianas como a las que hace referencia en los libros de texto, para que se conviertan en referentes de muchas maneras diferentes de concebir la propia existencia, y procurando siempre que hombres y mujeres tengan una representación equilibrada.
- Dar sentido a la formación que el alumnado va adquiriendo de manera que niños y niñas perciban que la información que se transmite en el centro les sirve para entender mejor su realidad cotidiana y para sentirse partícipes del mundo en que viven.
- La propia apertura hacia distintas formas de ser y estar en este mundo.
- Los mensajes que da con respecto a lo que hombres y mujeres realizan.
Potenciar la singularidad de cada niña y cada niño fijándose en aquello que eligen con libertad y viven y desarrollan con entusiasmo.
Para saber más… Concha Jaramillo: La orientación vivencial, escolar y profesional.
En Formación del profesorado: igualdad de oportunidades entre chicas y chicos. Instituto de la Mujer. Madrid, 1999. Módulo 5. Págs. 59-65.
Campaña publicitaria del Ministerio de Cultura y el Instituto de la Mujer (1988)