La coeducación&: Dos sexos en un solo mundo

MÓDULO 6: PROYECTOS DE VIDA

ESTUDIOS Y TRABAJOS

¿Has pensado alguna vez para qué trabajas? ¿O por qué en algún momento decidiste estudiar? Es muy posible que tus respuestas tengan que ver indudablemente con factores económicos: “trabajo para tener dinero y poder vivir”, o bien “estudié para conseguir un buen puesto de trabajo en el que ganar dinero”. Sin embargo es también muy posible que aparte de estas respuestas, te hayan surgido otras que no tienen que ver precisamente con la economía sino con el gusto por saber o aprender o porque te sientes bien realizando determinadas actividades que tienen que ver con tu trabajo.

Alumnas del Programa de Alfabetización y Educación Básica de Personas Adultas de Nicaragua

Alumnas del Programa de Alfabetización y Educación Básica de Personas Adultas de Nicaragua.

En este mismo sentido hay muchos trabajos que se dice que son “vocacionales” y entre ellos están, por ejemplo, la enseñanza o la medicina. Con esta expresión solemos referirnos al hecho de que hay trabajos que requieren una disposición “especial” y un gran amor hacia la profesión para poder realizarlos. Seguro que has conocido a alguna persona, fuera cual fuera su profesión, de la que has podido decir “ama su trabajo”. Si te das cuenta los criterios que están detrás de este comentario suelen estar relacionados con la pasión y la creatividad que ponen al realizarlo, con el interés por ahondar en la tarea y por hacer las cosas con un cariño que va más allá de una buena ejecución técnica. Quizá despertar en el alumnado esa capacidad de “amar” una profesión sea una cuestión a tener en cuenta desde la orientación.

Muchos trabajos, entre ellos la labor educativa, requieren una especial disposición para realizarlos

Muchos trabajos, entre ellos la labor educativa, requieren una especial disposición para realizarlos.
Fuente: Banco de imágenes CNICE

Sin embargo, actualmente esta tarea puede resultarnos difícil porque fácilmente chocamos con otras concepciones sobre el trabajo o el estudio. Concretamente:

Ante este panorama, chicos y chicas suelen actuar de diferente manera. Últimamente parece clara y constatada la tendencia de las mujeres a tener mejores resultados académicos. Esto a veces ha sido interpretado como que ellas se adaptan mejor al sistema educativo y son más “sumisas” a la hora de aceptar las condiciones y normas del sistema educativo. Sin embargo, hoy por hoy, parece claro que las chicas suelen mostrar una mayor responsabilidad ante lo que hacen, tienen un mayor interés por aprender y saben con mayor frecuencia que  la formación es un elemento importante de cara a realizar una profesión en el futuro.

Datos: Educación secundaria obligatoria. Alumnado matriculado/aprobado.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la Estadística de la Enseñanza en España. Ministerio de Educación y Ciencia.
(1) Se refiere al alumnado que promocionó el último curso/ciclo

 

Reflexiona: ¿Qué te sugiere el siguiente artículo? Por qué las mujeres ¿son más listas? Publicado en El País (12/02/2006) 

 

A medida que las mujeres se han ido incorporando al mundo del trabajo remunerado, han ido aportando a muchos oficios una manera particular de verlo que contribuye a aumentar la riqueza y la creatividad en la forma de desarrollarlo. En general, muchas mujeres aportan un “más relacional”, es decir una capacidad de establecer relaciones, negociar, mostrar afectos que es valorado en muchas empresas y situaciones laborales (puedes revisar el Módulo 1 que trata el tema de la feminización de la enseñanza). Otras veces, por el contrario se han amoldado al modelo de trabajador asociado tradicionalmente a los hombres y han adoptado sus patrones de ejecución, sin que apenas se noten cambios.

Igualmente, cuando los chicos se incorporan a profesiones tradicionalmente femeninas, no suelen tener problemas para encajar con sus compañeras; es más, habitualmente su presencia se valora muy positivamente porque aporta riqueza y diversidad.

Merece la pena observar cómo en los últimos años se ha modificado radicalmente el signo de algunas profesiones, que siendo antes mayoritariamente masculinas, se han convertido en profesiones en las que trabajan mayor número de mujeres que de hombres. Esto ha pasado en la medicina, al igual que la biología, la química o la judicatura; en el caso de la medicina, sabemos que las mujeres cuentan con una genealogía de cuidadoras y sanadoras que históricamente quedaron fuera de los circuitos universitarios o del saber “reconocido” pero que, posiblemente, ha afectado a ese interés por la medicina por parte de las chicas que han podido acceder libremente a la universidad.

Para saber más… Mujeres sanadoras.    

“Las mujeres siempre han sido sanadoras. Ellas fueron las primeras médicas y anatomistas de la historia occidental. Sabían procurar abortos y actuaban como enfermeras y consejeras. Las mujeres fueron las primeras farmacólogas con sus cultivos de hierbas medicinales, los secretos de cuyo uso se transmitían de unas a otras. Y fueron también comadronas que iban de casa en casa y de pueblo en pueblo. Durante siglos las mujeres fueron médicas sin título; excluidas de los libros y de la ciencia oficial, aprendían unas de otras y se transmitían sus experiencias entre vecinas de madre a hija. La gente del pueblo las llamaba “mujeres sabias”, aunque para las autoridades eran brujas o charlatanas. La medicina forma parte de nuestra herencia de mujeres, pertenece a nuestra historia, es nuestro legado ancestral.
(...) Las brujas vivieron y murieron en la hoguera mucho antes de que apareciera la moderna ciencia médica. La mayor parte de esas mujeres condenadas como brujas eran simplemente sanadoras no profesionales al servicio de la población campesina y su represión marca una de las primeras etapas en la lucha de los hombres para eliminar a las mujeres de la práctica de la medicina.
Fuentes: Barbara Ehrenreich y Deirdre English: Brujas, comadrona y enfermeras.
Ilustración: “Cirujana haciendo una cesárea”. Sally Fox: La mujer medieval. Libro de horas iluminado. Mondadori. Madrid, 1989. Tomado de: De otra manera. Cuadernos de educación de adultas, Nº 4. Instituto de la Mujer. Madrid, 2000. Pág. 241.


Esto no ha ocurrido en el caso de los chicos. Ello probablemente responde a  que, como ya hemos visto varias veces en este curso, los hombres tienen más dificultad para introducirse en un mundo “feminizado” al considerar que sus características tienen menos valor. Aunque llama la atención como en algunos oficios protagonizados mayoritariamente por mujeres, destacan figuras masculinas que se catalogan socialmente como “los mejores” de la profesión, los que tienen más prestigio, o quienes están en puestos de dirección, etc. En estos casos hay que intentar que niños y niñas entiendan que hacer una profesión bien no implica llegar a puestos de poder o de prestigio. En un curso de profesorado, una de las asistentes comentaba:
 
Hay muchas profesoras que no quieren ser directoras de los centros porque lo que a ellas les gusta es precisamente lo que hacen y no otra cosa; a ellas les gusta estar en contacto con el alumnado y enseñar y no meterse en trámites burocráticos y reuniones interminables y tener que utilizar un tiempo que no les proporciona satisfacciones y que dejan de aprovechar para sí y para su familia.

Lo cual no quiere decir que, al mismo tiempo, haya otras muchas mujeres que consideren que les merece la pena gastar más tiempo del habitual en su profesión y lanzarse a labores directivas desde las que contribuir, de otra manera, a ir transformando este mundo.

Para  saber  más… Como  orientar  a  chicos  y  chicas.  

 Fuente:  Cuadernos  de  Educación  No  Sexista.  Nº  5.  Instituto  de  la  Mujer  (1997)  

 


2 Cita de Cristina Carrasco