La coeducación&: Dos sexos en un solo mundo

MÓDULO 4: EL AMOR Y LA SEXUALIDAD

EL AMOR

Reflexiona: ¿Cómo has aprendido lo que sabes del amor?

 

Quizás, con esta reflexión, hayas recordado experiencias en las que te has sentido querido o querida por alguien, y también aquellas palabras dichas por otras personas que te sirvieron para reconocer las experiencias amorosas que habías vivido.

Con este pequeño ejercicio, queremos explicitar la necesidad de llevar el amor al aula si realmente queremos enseñar qué es, ya que difícilmente alguien puede desarrollar su capacidad de amar si no la ha visto desplegarse y si no se ha sentido querido o querida por otra persona.

Llevar el amor al aula es llevar la escucha, la atención, el interés por la singularidad de cada niña y cada niño, el cuidado, la comprensión, la pericia para abrir los conflictos sin violentar y otros muchos ingredientes que pueden mezclarse de formas diversas en cada clase y en cada situación.

 

El amor debe estar presente en nuestras aulas y el alumnado aprender a nombrarlo, reconocerlo y valorarlo.

El amor debe estar presente en nuestras aulas y el alumnado aprender a nombrarlo, reconocerlo y valorarlo. Fuente: ‘Educación para la Ciudadanía’, Cuaderno de Educación No Sexista Nº 20. Pág. 2 Instituto de la Mujer (2007)

Además de vivir la experiencia de ser queridos o queridas, niñas y niños necesitan tener palabras para nombrarla, reconocerla y valorarla. Sin palabras, es fácil que se les cuelen representaciones obtenidos a través de cuentos, mitos, películas, chats, etc. en los que se muestra el amor de una manera fantasiosa, acotada y estereotipada y que nada tiene que ver con el amor vivido.

Para los niños, la dificultad para reconocer y valorar el amor suele ser mayor, sobre todo a medida que se van haciendo mayores, ya que, desde el modelo de masculinidad patriarcal, se les invita a considerarlo como algo ñoño, que les hace ser afeminados y, por tanto, débiles. Es una concepción de las cosas en la que se considera que reconocerse amoroso, abierto y sensible ante otra persona y, por tanto, mostrar la propia vulnerabilidad, es peligroso porque les lleva a desarmarse y perder puntos en la jerarquía marcada por el poder.

Es una lógica que considera invalidante mostrarse tal como son, o sea, como seres humanos que sienten y necesitan afecto para desarrollarse y crecer. Aunque, claro está, el deseo de amar y ser amados suele ser grande en todo ser humano, incluso en aquellos que se muestran como si esto no fuera así, de ahí que no es extraño encontrarnos con muchos niños y chicos que han sabido desmarcarse de esta lógica.

Por su parte, es habitual que las niñas, tal como suelen ver hacer a sus madres o a las mujeres adultas que las acompañan, se muestren interesadas por todo lo relacionado con los afectos, las relaciones y el amor. Esto les permite enriquecer sus vidas y profundizar en sus relaciones. Aunque, a veces, este interés no se encauza bien y les lleva a ser más vulnerables ante determinadas fantasías, mitos, idealizaciones y estereotipos que han constituido el modelo de ‘amor romántico’ y que no les ayuda a reconocer y valorar el amor en su dimensión real.

Afectividad y relaciones entre niñas
Es habitual que las niñas den mucha importancia a la afectividad y a las relaciones que se establecen entre ellas.
Fuente: ‘Educación para la Ciudadanía’, Cuaderno de Educación no Sexista Nº 20. Pág. 38 Instituto de la Mujer (2007)

Algunas niñas, al darse cuenta que a menudo se da más importancia a la lógica de la fuerza que a la capacidad de amar, se dejan seducir por esa fantasía que tiene más peso en el mundo masculino y que considera que despojarse de la vulnerabilidad del amor les hace ser más fuertes e importantes.

Por todo ello, nos parece fundamental dar un lugar privilegiado al amor en nuestras vidas y también en nuestras aulas, cuidarlo y poner palabras que permitan reconocer la realidad de las experiencias amorosas y, por tanto, dejar de alimentar ensoñaciones y fantasías que no ayudan dar un sentido libre a estas experiencias.