EL AMOR HACIA SI
Cada niño y cada niña, cada ser humano, aprende a quererse a través de la experiencia de haber sido querido o querida. Esto significa, entre otras cosas que:
- Escuchar los sentimientos y deseos de una niña o un niño, tomarlos en serio, respetarlos, es un modo de enseñarles que es posible y tiene sentido escuchar los propios sentimientos y deseos, tomarlos en serio y respetarlos.
- Relacionarse con la singularidad de cada niña o niño, interesarse por su forma única y original de pensar y sentir, darle instrumentos para que se expresen desde sí, es un modo de enseñarles a abrirse a lo que hay en su interior y a aceptar sus propias particularidades, lo que significa también gusto por conocerse y darse a conocer.
- Confiar en la capacidad de cada niño y cada niña para expresarse, hacerse preguntas, sacar lo mejor de sí, ampliar su formación y conocimientos, es enseñarles a confiar en sus capacidades y buscar su propia manera de desarrollarlas.
- Crear un ambiente en el que el cuidado esté presente y mostrar una disposición a cuidar a cada niño y a cada niña, es enseñar, no sólo a que cuiden a otras y a otros, sino también, a sí.
Como habrás visto, para desarrollar este epígrafe no hemos usado la palabra autoestima, porque nos parece que no representa realmente lo que queremos transmitir. Para nosotras, la experiencia de vivir el amor hacia sí mismo o hacia sí misma tiene que ver con el amor recibido y, del mismo modo, se trata de una experiencia que despierta el amor hacia las y los demás.
Cuando alguien es realmente capaz de entenderse, tiene una mayor predisposición y apertura para entender a las demás personas. Cuando alguien se abre a lo que pasa en su interior, suele desarrollar una mayor empatía hacia lo que pasa en el interior de las y los demás. Cuando alguien confía en sus propias posibilidades tiene una mayor facilidad para confiar en que cada cual tiene su propia manera de poner en juego su potencialidad sin caer en la tentación de controlar o suplantar el desarrollo personal del otro o de la otra. Cuando alguien se cuida le resulta más fácil cuidar a otras personas sin caer en la sobreprotección o en la asfixia.
¿Qué te sugiere este ejemplo? En una clase de secundaria, un chico que había tenido una vida difícil y residía en una casa de acogida desde los cuatro años, le costaba prestar atención a las clases e interrumpía con frecuencia en el transcurso de las mismas. A pesar de ello, él sintió que su tutora confiaba en su capacidad de estudio, se dio cuenta que las chicas y los chicos deseaban que no interrumpiera tanto las clases pero que, junto a esto, eran capaces de ver que a él no le resultaba esto tan fácil como al resto, se sintió escuchado y querido. Todo eso, le llevó a quererse más y a cambiar, a intentar respetar el ritmo de la clase y a tomar en consideración la necesidad de sus compañeras y compañeros.
En definitiva, lo que queremos decir es que amar y amarse van de la mano. Como dice Asún López, “cuando más centrada en mí misma estoy, más disponible estoy a la relación y cuanto menos centrada, menos disponible estoy.”4
Para saber más… “El arte de relacionarte contigo” de Laura Latorre Hernando.
Fuente: El amor y la sexualidad en la Educación. Cuadernos de Educación No Sexista Nº 21. Instituto de la Mujer (2007). Pág. 40 – 53.