La coeducación&: Dos sexos en un solo mundo

MÓDULO 3: VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES

ABRIR CONFLICTOS SIN VIOLENCIA

Abrir conflictos significa dar la oportunidad para que podamos hablar de ellos (en vez de hacer como si no pasara nada) y hacerlos circular (en vez de dejarlos estancados). Esto significa dar la oportunidad de que una relación permanezca viva, o sea, de que el intercambio entre dos seres humanos no se detenga y pueda incluso ser más profundo.

Pero, ¿de qué hablamos cuando decimos relación?:

¿Qué pinta la diferencia sexual en todo esto?

Por todo lo dicho, para poder abrir sus conflictos sin violentar ni violentarse, niñas y niños han de aprender a distinguir cuál es su problema y cuál es el problema de la otra persona cuando hay un conflicto. Así, por ejemplo, puede pasar que a una niña le molesta que un niño hable en voz alta y, en vez de asumirlo como un problema suyo, se lo achaque a él, etiquetándolo como ‘chillón’ o algo similar. En este sentido, no es lo mismo decir ‘cuando hablas en voz alta, yo me siento mal porque me resulta muy fuerte tu tono de voz’ a decir ‘a ver si aprendes a hablar más bajo porque así no vas a ligar en tu vida porque no hay quien te aguante’. Ante esto, el niño puede pretender parapetarse y no atender qué le suscita a él esta situación, tildando a la niña de ‘quejica’, en vez de expresar cómo le hace sentir el malestar de la niña. En este sentido, no es lo mismo decir ‘es que eres una tiquismiquis’ a expresar ‘pues a mí es que me encanta hablar así, me ayuda a expresar mejor lo que vivo y lo que siento, y no sé bien cómo hacerlo para que te sientas bien cuando estás conmigo.’

Dialogar significa comprender qué necesidad hay detrás de la conducta del otro o de la otra y buscar el modo de compaginar ambas sensibilidades.

Dialogar significa comprender qué necesidad hay detrás de la conducta del otro o de la otra y  buscar el modo de compaginar ambas sensibilidades.
Fuente: Banco de imágenes del CNICE.

Imagina que este niño y esta niña deciden profundizar en este diálogo para comprender qué necesidad hay detrás de la conducta del otro o de la otra, explicar lo mejor que sabe cómo se siente y qué necesita, buscar el modo de compaginar ambas sensibilidades para que la relación pueda continuar. Para que ello pueda darse, él y ella necesitan aprender a:

No se trata de llegar a un ‘empate’ en el que tanto una como otro tengan que renunciar a algo, sino de buscar el modo en el que ambos estén bien. O sea, no es una cuestión de fuerza o de lucha de poder, sino de interés real por entablar una relación con lo que hay, con lo que cada cual es, siente, desea y necesita.

Esta forma de hacer las cosas, tiene muchas ventajas como, por ejemplo:

A veces, los conflictos no tienen solución. Ante ello, las niñas, y fundamentalmente los niños, han de aprender a vérselas con la frustración que esto supone para no caer en la tentación de violentar a la otra persona para que ‘haga aquello que él o ella quiere que haga’ ni violentarse ‘haciendo lo que el otro o la otra quiere que haga’.

Cada conflicto que surge en el aula es una oportunidad para poner todo esto en práctica. En el siguiente documento encontrarás experiencias que quizás puedan servir de referencia para tu práctica educativa.

Para saber más…  Tratar los conflictos en la escuela sin  violencia.   

Fuente: Graciela Hernández y Concepción Jaramillo. Cuadernos de Educación No Sexista. Nº 14. Pág. 39-105. Instituto de la Mujer (2002)