1/ Conocemos la prensa
Historia
La prensa en Europa
A lo largo del XVII, en Inglaterra, se imponen grandes restricciones
a la prensa, mediante concesión de licencias y otras limitaciones
como el famoso decreto de la "Star Chamber" de 1637 que establecía
las normas de regulación de la prensa. Tras la revolución
de 1688 se abolió la censura previa y en 1702, con un clima de
gran libertad si bien no se podía criticar al gobierno, se fundó
el primer diario del Reino Unido, el Daily Courant.
Hacia 1715 había en este país gran actividad editorial por
lo que surge un gran número de publicaciones de periodicidad
variable. La distribución se hace por medio de pregoneros y los
más importantes centros de reunión eran los cafés,
punto de lectura y comentarios. Con el desarrollo de la prensa, inevitablemente
nació la opinión pública.
Fue en Inglaterra, donde se aprobó la primera Ley de Prensa Burguesa,
el Libel Act, en 1792 y donde nació, ya a finales de siglo,
la prensa de negocio: las empresas periodísticas introdujeron
innovaciones técnicas, establecieron una infraestructura informativa
para la recogida de noticias y mejoraron los sistemas de distribución,
a medida que se desarrollaron las redes del ferrocarril. Aparecieron empresarios
con una nueva mentalidad que con fin lucrativo modernizaron sus empresas,
redujeron costos y aumentaron la capacidad productiva. Ejemplo de todo
esto fue el periódico The Times (1785) fundado por John Walter.
Es precisamente a finales del siglo XVIII cuando nace en Londres
el primer dominical: el Weekly Meseger, fundado en 1796 por J.
Bell, impresor de larga experiencia. Estos periódicos, cuya finalidad
era el entretenimiento, contenían narraciones de crímenes
y aventuras escandalosas, relatos novelescos de literatura popular, páginas
de pasatiempos, humor escrito o grabado, etc. todo ello en un lenguaje
asequible a un público poco habituado a leer (hay que tener en
cuenta que en esta época alrededor del 80% de la población era analfabeta). Los
dominicales acostumbraron a la lectura a las clases bajas, hicieron posible
el surgimiento de la literatura popular de los siglos XIX y XX y crearon
el mercado de la gran prensa de masas.
La Ilustración inglesa de Milton, Locke, etc. influyó en
Francia, estableció los cimientos de la Revolución
Francesa de 1789 y favoreció el nacimiento de la prensa como una
nueva fuerza en toda la Europa continental. En 1777 nació el primer
diario francés, Le Journal de París que tenía sólo
cuatro páginas. En la capital de la prensa italiana, Milán,
apareció el primer periódico literario Il Café
(1774-1776).
Se produjo tal auge de los periódicos, que se crean las primeras
formas de verdadero periodismo político, sobre todo en Francia
e Italia, donde aparecen los Monitori. La clase política
ya es consciente del enorme potencial de los medios impresos y su influencia
en la opinión pública. Por esta razón, Napoleón
mantuvo un gran interés por el control de la prensa y los periódicos
liberales tuvieron que dirigir sus esfuerzos a luchar contra el absolutismo.
Las publicaciones, de clara tendencia política, defendieron la
libertad y ejercieron una importante labor en las revoluciones liberales
de 1830 y de 1848. Fueron creadoras de opinión pública
y fermento de las instituciones democráticas.
En 1836 Emile Girandin editó La Presse, antecedente de la
prensa industrial y denominada "prensa barata", que competirá
con Le Siècle. Doce años más tarde, en Italia,
surgió La Gazzetta del Popolo, en competencia con La
Gazzetta Piamontesa que posteriormente se convierte en la actual
La Stampa.
Tras la caída de Napoleón, en Gran Bretaña y Francia
se impuso el liberalismo burgués, mientras en el resto de Europa
mandaba la censura y una extrema vigilancia de los periódicos,
lo que provoca que la libertad de prensa se convierta en la bandera de
todos los sectores progresistas. Tras el triunfo del liberalismo en
1881 todos los países occidentales reconocieron la libertad
de prensa y desarrollaron una legislación específica.
En el siglo XIX varios factores influirán en el desarrollo de la prensa:
- La aceptación progresiva del constitucionalismo.
- La Revolución Industrial, que provoca el fenómeno de la urbanización, lo que implica la aparición de la prensa obrera.
- El desarrollo de la enseñanza: la progresiva alfabetización de las clases populares hace que se demanden más noticias y más actuales.
Se puede afirmar que durante el siglo XIX existieron dos bloques de medio informativos diferenciados: la prensa política, caracterizada por el uso de los medios como transmisores de ideología y la prensa informativa, que irá evolucionando hasta la prensa de masas del siglo XX y cuyo objetivo inmediato es el beneficio económico.
A mediados del siglo XIX surgieron las primeras agencias de noticia y las de publicidad. El desarrollo del ferrocarril favoreció la rápida difusión de los periódicos. El telégrafo fue utilizado por las agencias para difundir la información e imponer de ese modo una nueva concepción del periodismo, en el que los mensajes tenían que ser claros, concisos y objetivos.
La primera agencia de prensa nació en Paris
en 1835 de la mano de Charle Luis Havas. Pone en marcha
una oficina a medio camino entre la Bolsa de Paris y la Oficina de Correos.
La información que ofrece se refiere a contenidos bursátiles
y traduce noticias del exterior para vendérselas a bancos, empresas
y otros periódicos de la ciudad. Destinó a varios corresponsales
en las principales ciudades europeas y utilizó todos las herramientas
inimaginables para obtener la información lo más rápidamente
posible: palomas, telégrafo óptico, mensajeros... |
De 1870 a 1914 es la "Edad de Oro" de la prensa europea. La libertad de prensa facilita la aparición de centenares de cabeceras que se clasifican como:
- Prensa de élite: Le Journal des Débats, Le Figaro, el influyente Le Temps o el Frankfurter Zeitung Allgemeine.
- Prensa especializada: Il Sole, primer
diario económico y comercial de Italia.
- Prensa política: L'Humanité.
- Prensa de masas: Le Petit Journal, Le Petit Parisien, Le Matin y Le Journal, con tiradas millonarias en Francia y en Italia Il Secolo, el Corriere de lla Sera o Il Messaggero.
A partir de 1880 surgen nuevos medios cuantitativa y cualitativamente distintos a los del S.XIX que constituyen el origen de la información propia del siglo XX.
Alrededor de esta fecha los distintos países occidentales dictan
leyes de prensa burguesas, en las que se reconoce la libertad de expresión
y organizan su estructura informativa en torno a las agencias nacionales
de noticias las cuales mantienen estrechas relaciones con los gobiernos
y surten de información a los periódicos. Bajo ese predominio
de las agencias, todos los medios atienden a los mismos temas, lo que
provocó algunos cambios en la información que han perdurado
hasta nuestros días: el establecimiento de la red telegráfica
mundial dio como resultado la universalidad informativa y la tendencia
a la uniformidad propias de la información del S.XX.
En los últimos años del siglo XIX y primeros del XX, surge
en EE.UU y algunos países de Europa una nueva generación
de periódicos el llamado nuevo periodismo, cuyo ejemplo
paradigmático fue The World, de Pulitzer. Son los primeros
periódicos de masas. Aumentan espectacularmente sus tiradas, incluyen
muchas páginas de publicidad, se establecen en grandes edificios
y obtienen unos beneficios insospechados hasta entonces. Cualitativamente
estos periódicos abandonan las viejas fórmulas y se atribuyen
nuevas funciones en la sociedad del siglo XX. Se convierten en bienes
de uso y consumo. Se venden a bajo precio y ofrecen a sus lectores un
producto atractivo y bien acabado. Su presencia reiterada en la sociedad
los convierte en instrumentos de gran influencia.
Ese exceso de poder les va a permitir provocar manipulaciones de todo
tipo. Surge en este contexto la prensa amarilla, cuyo máximo
representante fue Hearst, con su diario The New York Journal. Esta
fórmula acabó fracasando pero muchos de sus aspectos formales
y de contenido han llegado hasta los medios impresos de nuestros días.
Los grandes beneficios económicos que obtuvieron estos primeros
periódicos de masas los convirtieron en eje de poderosos monopolios
informativos (Pulitzer, Hearst, RCA, CBS).
Como reacción al amarillismo surgieron también en esta misma
época periódicos de élite de información
general cuyo modelo fue el New York Time, diario que creó
un nuevo modo de hacer periodismo, basado en la documentación exhaustiva
y el análisis de los hechos. A este modelo responden también
Le Figaro en Francia, el Frankfurter Zeitung en Alemania,
Il Corriere de la Sera en Italia y El Imparcial y El Liberal
en España. *
Durante la Primera Guerra Mundial el periodismo se pone al servicio
del conflicto y se difunden historias entre la población para mantener
el entusiasmo y avivar el odio hacia el enemigo. Al terminar la guerra,
los lectores descubrieron que habían sido manipulados y perdieron
gran parte de la confianza en los medios escritos.
En el periodo de entreguerras surgieron totalitarismos en distintos
países occidentales: Alemania, Italia, Rusia.... por lo que se
establecen dos modelos de información diferentes:
- el de los Estados totalitarios: la propaganda es uno de los medios fundamentales de organización y control. La prensa, la radio, el cine, los libros, las artes, la educación... se sometían a los fines del partido en el poder.
- el de los territorios libres, como Inglaterra, en los que pervivió el modelo liberal, que reconocía la libertad de expresión.
Durante la Segunda Guerra Mundial también se utilizaron los medios de información, sobre todo la prensa y la radio, con fines propagandísticos. En este período, todos los diarios de masas utilizaron técnicas, fórmulas y trucos de persuasión; la terminología propagandística lo impregnaba todo, incluso las secciones de entretenimiento.
|
Debido a la competencia de los nuevos medios como el cine, la radio y
la televisión, se produjo un notable auge del lenguaje gráfico
en los medios. Los periódicos incluyeron en sus páginas
la imagen fotográfica ya no como un adorno, sino como un lenguaje
propio.
Por otro lado, los medios se utilizaron como válvula de escape
de la realidad inmediata y esto se reflejaba en los contenidos que ofrecían:
un 90% de entretenimiento y un 10 % de información amena, con el
objetivo de alejar al lector de sus problemas diarios.
Tras la Segunda Guerra Mundial los Estados vieron la importancia de intervenir en el sector informativo ya que había quedado claramente manifiesta su función social de servicio público. Es el punto de partida de la teoría de la responsabilidad social de los medios.
Desde 1945 a 1970 se vive una etapa de expansión económica
que impulsa notablemente al sector informativo. Los Estados defienden
la libertad de expresión y, al mismo tiempo, establecen normas
de control de los medios (son dueños de diarios, emisoras de radio
y cadenas de televisión).El aumento del negocio informativo y del
poder de las empresas provoca la concentración de los medios, a
pesar de las leyes antimonopolio. Junto al periodismo escrito, a medida
que avanza el siglo, se desarrolla de forma imparable el periodismo en
la radio y la televisión.
En el año 70 se inicia una crisis que da entrada a la sociedad
de información actual. El desarrollo de las nuevas tecnologías
afecta a todos los medios de comunicación y se acentúa la
tendencia a la concentración de emisores. La información,
cada vez más, se convierte en un fenómeno supranacional
y hay un claro predominio de las agencias y cadenas de televisión
americanas.
Muchos Estados que mantenían medios públicos los privatizan dejándolos en manos de grandes grupos empresariales. Cada vez cobra mayor importancia el mercado audiovisual de modo que los diarios se contagian de la fuerza de lo icónico: los medios, incluso los de élite, incorporan cada vez más la imagen y el color; aparecen nuevos géneros visuales, como la infografía y, por contagio de la televisión, se incluyen, hasta en los periódicos más serios, contenidos rosas.
* Natalia Bernabeu. "Breve historia de la prensa". Proyecto Quadraquinta. www.quadraquinta.org